sábado, 18 de abril de 2009

Unos minutos de su atención

En pocos minutos, amigos, revisemos juntos algunas palabras o expresiones de uso frecuente que contienen algún error de sentido o gramatical.
Podía haber empezado estas líneas con una de ellas: “En breves minutos, amigos,…” Es ésta una fórmula muy empleada, pero poco pensada. Los minutos no pueden ser breves o largos.
Tienen siempre la misma duración: 60 segundos, aunque a veces se nos hagan eternos. Cada vez se oye con más frecuencia el uso indebido de las locuciones adverbiales, “delante mío”, “detrás tuyo”, “enfrente suyo”, etcétera, las cuales reflejan un importante desconocimiento gramatical. Los adverbios: delante, detrás, enfrente, o cualquier otro, no pueden pertenecer a nadie, establecen simples relaciones de lugar, por lo que no se les puede aplicar un posesivo. En los casos mencionados, se utilizan los pronombres personales, que son los que sirven para referirse a las personas. Así: delante de mí, detrás de ti, enfrente de él.
Una palabra que en muchas ocasiones se pronuncia mal es cónyuge. Por alguna razón inexplicable se suaviza la última sílaba, dándole el sonido que le correspondería si llevara una u entre la g y la e (cónyugue), pero no la lleva y, por lo tanto, suena fuerte, como jota.
Hay dos adjetivos, extravertido (o extrovertido, menos habitual pero también aceptado), e introvertido, de uso frecuente, formados con los prefijos latinos “extra”, fuera, e “intro”, dentro. Extravertido es el que se interesa por lo que está fuera de sí mismo, el que sale de sí mismo por medio de los sentidos; lo contrario a introvertido, el que se interesa por lo que está dentro de sí, el que penetra en sí mismo abstrayéndose de los sentidos.
Es fácil suponer que, aun siendo necesaria la introversión para conocerse uno mismo, también es aconsejable la extraversión para mejor relacionarse con los demás.

Luque Maricarmen

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