Veía yo por televisión un reportaje sobre el clavadismo, ese deporte, si es que puede llamarse así, que consiste en lanzarse al mar desde altísimos acantilados en una caída perfecta y peligrosa.
Y refiriéndose a los riesgos que el clavadista corre, el reportero hacía alusión a las miles de rocas contra las que se puede estrellar.
Cierto. Pero confundió el género del numeral, porque tanto miles como millares tienen género masculino, independientemente del género del sustantivo a que acompañan, y masculinos serán los artículos que les precedan.
Lo mismo sucede con los cientos o centenares, y con los millones, que siempre son masculinos, aunque numeren sustantivos femeninos.
Por lo tanto, diremos los miles o los millares de rocas igual que los miles o los millares de arbustos, aun tratándose de sustantivos de distinto género.
Asimismo, los cientos y los centenares de hombres o los cientos o los centenares de mujeres, como los millones de pesos y los millones de libras.
Siempre en masculino.
Es éste un error bastante generalizado, pero error al fin.
Y volviendo al principio, cuesta trabajo llamar deporte al clavadismo, como al paracaidismo, al parapente y a todas esas actividades que entrañan peligro y emoción, pero en las que no prima el factor competitivo. Sin embargo, todas son deportes, ya que cualquier actividad física o ejercicio, realizado por lo común al aire libre, por placer o diversión es un deporte.
Y en otro orden de cosas, es frecuente en el lenguaje periodístico hablado y escrito, y por contagio, en el habla habitual, la omisión de la preposición de en los nombres de calles, avenidas, paseos, plazas, calzadas, etcétera. Y se lee y oye a menudo: Paseo Reforma, Calle Sevilla, Avenida Revolución, entre otras, cuando lo correcto es: Paseo de la Reforma, Calle de Sevilla o Avenida de la Revolución.
¿Será por razones de economía?
Luque Maricarmen
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