miércoles, 15 de abril de 2009

¡Alerta!, con los errores: del lenguaje periodístico

En una época como la nuestra en que la información recorre en segundos distancias inabarcables, e invade y satura nuestro mundo sin darnos apenas tiempo de examinar el vehículo empleado, la palabra, los errores del lenguaje periodístico vuelan y traspasan fronteras, y se incorporan frecuentemente a nuestra forma de expresión, siendo aceptados por el gran público como norma a seguir.
Por eso, es preciso estar alerta, con oído atento y crítico, para poder desbrozar el mensaje de los yerros, incorrecciones y desatinos que con demasiada frecuencia lo acompañan.
Leemos: “Para comprobarle a la gente que hay corrupción en el sistema…”, pero a la gente no se le comprueba, se le demuestra. Se comprueba, cuando se verifica o confirma su veracidad o exactitud. Y una vez comprobado, se demuestra o se prueba a la gente que hay corrupción.
Larga fue la polémica que surgió a raíz de la aparición de esa píldora anticonceptiva, bautizada en muchos lugares hispanohablantes, como la píldora “del día después”. Y la expresión, como otras muchas, es de procedencia sajona.
Nos llegó a través de aquella película exitosa The day after, que conservando su título original, se tradujo por “El día después”.
Después, en español, es un adverbio, por lo que no puede calificar al sustantivo “día” como si de un adjetivo se tratara. “El día después”, en español, es el día siguiente, debidamente sustituido el adverbio “después” por el adjetivo siguiente, ya que éste, el adjetivo, es el elemento que califica al sustantivo.
Según esto, no debe decirse “el día después”, ni “la hora después”, ni “el minuto después”, sino el día, la hora o el minuto siguiente.
Sí es apropiado, sin embargo, el uso de las frases: “un día después”, “una hora después” o “un minuto después”, empleadas como magnitudes de tiempo.
La regla gramatical dice que el adjetivo califica al nombre, y el adverbio modifica al verbo.
A pesar de lo cual, no seré yo quien condene la hermosa expresión mexicana “que te vaya bonito”, donde el verbo ir es modificado por un adjetivo en lugar de un adverbio. Es una frase de despedida tan bella y desbordante de buenos deseos, que me uno a su uso deseándoles, amigos, eso, que les vaya bonito.

Luque Maricarmen

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