miércoles, 29 de abril de 2009

Show, anglicismo innecesario

Por culpa de los medios de comunicación que nos sirven el vocablo sin descanso, se ha afincado en nuestro lenguaje habitual el anglicismo show, que choca con nuestra escritura y pronunciación, pero que ya parece insustituible para referirse a una “función pública destinada a entretener”, es decir, espectáculo, en español.

Y es un anglicismo a todas luces innecesario. Porque nuestra palabra, espectáculo, no sólo tiene el sentido directo que hemos mencionado, sino que además, en sentido figurado, significa “acción que causa escándalo”, significado que, sin embargo, no posee el show inglés.

Por eso no debemos decir: “El show empezará dentro de unos minutos”, ni en sentido peyorativo: “Ya están ésos montando el show de todos los días”, sino “el espectáculo” en ambos casos.

Otro tanto sucede con ranking, palabra de difícil adaptación al castellano y absolutamente innecesaria, teniendo en cuenta que hemos podido vivir siglos, lingüísticamente satisfechos, expresando la misma idea con las palabras lista, tabla clasificatoria, clasificación o escalafón, con el sentido de “clasificación jerarquizada de personas o cosas”.

El Diccionario Panhispánico de Dudas, elaborado por la RAE en consenso con la Asociación de Academias de la Lengua Española, y que desde 2005 está en circulación, sugiere la adaptación gráfica del término inglés en la forma ranquin, con el plural, ránquines, aunque recomienda el empleo preferente de las palabras o expresiones españolas mencionadas.

Es cierto, amigos, que el idioma se enriquece con la aportación de neologismos procedentes de otras lenguas, pero su uso sólo es válido cuando éste es necesario, como ocurre con los vocablos que nombran nuevas tecnologías o prácticas inventadas fuera de los países de ámbito hispanohablante. Es innecesario, sin embargo, cuando, para expresar la misma idea, tenemos en nuestra lengua, no una, sino varias palabras. Desecharla significa ceder a otros la hegemonía del idioma.

Luque Maricarmen

1 comentario:

Jesús Daniel. dijo...

Totalmente de acuerdo. Vivimos, constantemente, en un mundo de anglicismos que, sin darnos cuenta, y de manera inevitable, hablamos inglés todos los días.
El español es una hermosa lengua que debe mantenerse e inmortalizarse como todas. Pero, lo único que estamos consiguiendo es hacerla la más compleja del mundo, y prestarla a severos cambios que adapten, necesaria o innecesariamente, tal como tú lo marcas, formas y dialectos fuera de la misma.

¡Buen blog, amigo! ¡Gracias por la información!

¡Saludos!