miércoles, 22 de abril de 2009

Las palabras polisémicas

Atendiendo a consultas hechas por lectores asiduos de esta sección, vamos a revisar algunas palabras del lenguaje habitual que plantean dudas.
Muchas veces se llama fonazo a la llamada telefónica, sin reparar en que ese vocablo no existe en español. La única explicación de su uso es el contagio del inglés “phone”, pero en nuestro idioma, una llamada telefónica es un telefonazo, no un fonazo.
Afocar es un término que se utiliza con frecuencia aquí, en México. Sin embargo, cuando queremos centrar la imagen, o en el manejo de la cámara fotográfica, “centrar en el visor la imagen que se quiere obtener”, el verbo adecuado es enfocar, formado con el prefijo latino “in” (“en” o “dentro de” en castellano); enfocar, mejor que afocar. La acción de enfocar es el enfoque, y cuando la imagen pierde el enfoque es que está desenfocada.
Hay quien confunde el dintel con el umbral. El dintel de una puerta o ventana es la parte superior que carga sobre las piezas laterales verticales que lo sostienen. Estas piezas se llaman jambas. El umbral, sin embargo, es la parte inferior o escalón contrapuesto al dintel. De manera que, resumiendo, al entrar o al salir pisamos el umbral y pasamos bajo el dintel el cual se apoya en las jambas.
Relajarse, relajación y relajamiento son vocablos de origen latino cuyo sentido genérico es “distender”. Desde siglos se usaron para significar aflojamiento o alivio en el trabajo y esparcimiento del ánimo. También, cuando las costumbres se corrompen o envician se dice que se relajan.
Pero, desde hace unos años, la palabra relax, de naturaleza inglesa pero de origen latino, vino a ennoblecer el verbo relajarse y sus derivados, pues se ha convertido en el ideal psicohigiénico de nuestro tiempo.
Claro que al hablar y escribir no conviene relajarse en exceso, sino mantener las neuronas tensas y estar alerta en el buen uso de la lengua.

Luque Maricarmen

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