sábado, 18 de abril de 2009

Un hallazgo que hoy les comento

Ojeando u hojeando (ya saben que la presencia o ausencia de la hache está determinada por el significado de la palabra: la primera, mirar superficialmente un texto; la segunda, pasar las hojas de un escrito). O sea, las dos me valen.
Estaba yo ojeando papeles que me gusta conservar, cuando tropecé con un artículo del académico Rodríguez Adrados, escrito hace años, que hoy les comento.
El hallazgo en Sudáfrica de los restos de un hombre mono, de una antigüedad de 3 millones y medio de años, plantea de nuevo esa pregunta tan antigua: “Desde cuándo el hombre es hombre”.
Trasladándonos a tiempos remotos, ¿era ya hombre el “homo habilis”, ése que hace 2 millones y medio de años manejaba instrumentos para alcanzar los frutos de los árboles o para defenderse de quien lo molestaba?
¿Era ya hombre el “homo erectus”, que colonizó el mundo a partir de Africa Occidental, hace aproximadamente un millón y medio de años? ¿O el de Atapuerca, en España, que hace 300 mil años se vestía con pieles y poseía un lenguaje rudimentario?
Para las religiones y los mitos, el hombre fue creado ya formado, pero para los antropólogos el hombre se ha ido haciendo a sí mismo poco a poco.
No es posible fijar un punto temporal en que el hombre se hizo hombre. El hombre se está haciendo siempre; es más, no ha terminado de hacerse, porque sus rasgos más propios son, precisamente, la capacidad de creación y de evolución.
Pero, ¿y la lengua?, ¿desde cuándo la conocemos? Ahí es donde se rompe la relación del hombre y el animal. Conocemos la lengua hace unos 5 mil años.
Las miles de lenguas existentes representan un salto de los signos orales de los animales a un nuevo sistema de comunicación, pero las lenguas arrancan de aquellos signos. Alguien dijo que eran “los gritos perfeccionados de los monos”. Y la verdad es que las interjecciones, esas voces que expresan alguna impresión súbita de asombro, de dolor o de sorpresa son lo más antiguo de nuestro lenguaje. Y el que emitía esas voces ya era hombre. Hombre sin evolucionar, pero hombre. Y su evolución le ha ido acercando a lo que hoy es.
Pero, amigos, tan difícil como decidir el origen del hombre es decidir cuál será su futuro; porque el hombre es el ser que ha ido rompiendo y romperá sus límites cada día.

Luque Maricarmen

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