martes, 31 de marzo de 2009

Rebuscar los términos

Hablar correctamente es una cosa y tratar de ser diferente rebuscando las palabras, otra. Por eso, usar flectar en lugar de flexionar, para expresar la acción de doblar el cuerpo o algún miembro, no es otra cosa más que complicar el lenguaje.
Cierto es que el verbo flectar existe con el mismo significado que flexionar, y ambos tienen idéntico origen latino: el verbo flecto-flexi-flexum; pero, mientras en español abundan las palabras derivadas del tema de perfecto (flex) de este verbo, flexionar, flexión, flexible, flexibilidad, flexor, inflexión, genuflexión, no existen derivados del tema de presente (flect), más que flectar.
Por eso, flectar es considerado un cultismo de escaso uso en toda el área hispanohablante, con excepción de un lugar, Chile, donde se registra un empleo no tan infrecuente.
En el lenguaje clínico aparecen palabras que a veces suscitan dudas.
¿Omóplatos u omoplatos? ambas formas son correctas, con o sin acento.
Variz o varice es, como muchos saben, la dilatación permanente de una vena. En plural, puede o no llevar acento: varices o várices, como sucede con alvéolos y alveolos.
¿Endoscopia o endoscopía? Esta palabra no lleva acento y su significado es “técnica de exploración visual de una cavidad o conducto interno del organismo”.
¿Se puede decir indistintamente intravenoso y endovenoso? Sí, son dos términos formados por los prefijos latino y griego, “intra” y “endo” respectivamente, que significan “dentro”. Por lo que una inyección aplicada en vena será intravenosa o endovenosa.
Con el mismo prefijo, endógeno es lo que se origina dentro, en el interior. Menos conocido es el vocablo endorreísmo, empleado en geología para referirse a la afluencia de las aguas de un territorio hacia el interior de éste, sin desagüe al mar.

Luque Maricarmen

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