jueves, 26 de marzo de 2009

Combinación de las letras

Del libro Historia de las letras, escrito por los lingüistas Salvador y Lodares, les traigo hoy unos párrafos alusivos a dos letras, mejor dicho, dos dígrafos, que es el nombre que recibe la combinación de dos letras que representan un solo sonido: la ll, “elle” y la ch, “che”, las cuales, en los últimos dos siglos, han pasado por situaciones de inestabilidad dentro del abecedario, por lo que no siempre han estado colocadas en el mismo lugar en diccionarios y enciclopedias.
Desde su creación, la ordenación del alfabeto latino universal colocaba los dígrafos “che” y “ll” en el lugar que les correspondía dentro del apartado de las letras “c” y “l”, respectivamente.
Esta ordenación perduró a lo largo de siglos, pero en 1803, la RAE (Real Academia Española), en un afán renovador, considerándolas distintas de las demás, creyó más oportuno darles el lugar que les correspondía como letras independientes.
Esta decisión académica separaba el orden alfabético español del latino universal, creando problemas entonces insospechados, pero reales a lo largo de los 190 años que duró la aplicación de esta medida.
El hecho de que el resto de las lenguas románicas siguiera con la ordenación tradicional y otros muchos factores que iban modificando sustancialmente la intercomunicación desaconsejaban continuar con esa ordenación alfabética singular del español, separada de la universal adoptada por las demás lenguas.
Durante años la REA intentó regresar al orden tradicional: en el VI Congreso de la Asociación de las Academias de la Lengua Española, en 1972, su propuesta no consiguió el apoyo de las demás Academias; en 1989, en el IX Congreso, volvió a intentarlo, pero, a pesar del apoyo de varios países, entre ellos México, la propuesta no prosperó.
Por fin, en 1993, en el X Congreso, la RAE recibió la aprobación general al regreso a la ordenación tradicional del alfabeto, anulando la decisión de 1803 que convirtió durante 190 años nuestro abecedario en “abecechedario”.
Desde entonces, los dígrafos mencionados no tienen capítulo aparte, sino que están integrados dentro de las letras “c” y “l” en los lugares que alfabéticamente les corresponde. Como antaño.

Luque Maricarmen

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