miércoles, 25 de marzo de 2009

La buena salud del castellano

Les paso, amigos, una noticia fechada en Brasilia el 5 de este mismo mes sobre la expansión de nuestra lengua, tema que, según mi opinión, es de interés para todos los hispanohablantes.
Habla sobre el proyecto de ley que la Comisión de Educación del Senado brasileño va a presentar al Congreso para su aprobación, la cual busca imponer la enseñanza del español en todas las escuelas primarias y secundarias del país.
El senador, autor del proyecto, pretende con ello una mayor integración de Brasil en América Latina, para lo que considera indispensable hablar la lengua mayoritaria en la región, el español.
Parece que todas las fuerzas políticas brasileñas coinciden en que es fundamental para el país una mayor integración cultural y educacional con sus vecinos, y nada mejor para ello que el lazo del idioma.
En un país de 175 millones de habitantes, la mayoría jóvenes, la obligatoriedad del conocimiento del español en los niveles que se pretende, supondrá un considerable ensanchamiento del área hispanohablante.
El campo lingüístico del idioma español sigue creciendo, lo que es un orgullo para lo que lo tenemos como propio, pero somos nosotros, cada uno de nosotros los que, haciendo buen uso de él, debemos engrandecerlo. Ese es nuestro empeño, el de quien escribe estas líneas y el de quien las lee. Estamos en ello.

Pero no quiero terminar sin dedicar un recuerdo, corto en el espacio, pero largo en el tiempo, a quien hace días nos dejó sin su cuartilla.
No conocía personalmente a Carlo Coccioli, pero he sentido en esta página su vecindad, su cercanía a lo largo del tiempo.
Extrañaré, como lo extrañarán sus lectores, esos latidos de su corazón, esos sentimientos compartidos, esos deseos de vivir con la serenidad que debe prestar una vida larga y fructífera.
Desde aquí, Carlo, felicidades por tu vida y gracias por todo lo que de ella nos dejaste compartir. Al volver esta página, siempre sentiremos el eco de tus palabras. Que los ángeles, tus ángeles, te acompañen.

Luque Maricamen

No hay comentarios: