martes, 31 de marzo de 2009

Lo permitido y no permitido

Seguro que más de una vez se han extrañado al ver escritas palabras como sicología, sicoanálisis o sicópata así, sin esa “p” inicial con que siempre aparecían. Pues bien, no les sorprenda, ya que siguiendo un procedimiento de simplificación de la lengua, ya está permitido, sin caer en error, escribirlas así. Y tan correcto es hacerlo de esta manera como en la forma tradicional: psicología, psicoanálisis o psicópata.
Aunque, a decir verdad, resulta mucho más culto respetar su etimología, recordando que la primera parte de estas palabras procede de “psykhe” o “psique”, alma en griego o en español. Y hay muchos vocablos cultos en nuestra lengua que tienen ese mismo origen.
Siguiendo semejante proceso de simplificación, en este caso más justificado, según mi opinión, desaparece la “b” de algunas palabras cuya primera parte era el elemento“subs”. Y se escribe sustancia, sustitución, suscribir y sustraer, mejor que substancia, substitución, subscribir y substraer .
Sin embargo, no es lo mismo ingerir e injerir, por lo que hay que tener cuidado con la ortografía de estas dos palabras. Ingerir es introducir por la boca alimentos o bebidas. Injerir, en un primer sentido, significa meter una cosa en otra. Como verbo pronominal, injerirse es entremeterse, es decir, meterse alguien donde no le llaman o inmiscuirse uno en lo que no le toca. Y de aquí procede la injerencia, término de frecuente aparición en los periódicos: “la intervención de un país en la política interna de otro es una injerencia inadmisible”.
Quiero aprovechar la aparición de la palabra entremeterse para avisarles de que es tan correcta como entrometerse, por lo que el que se mete donde no le llaman es un entremetido o entrometido, o más familiarmente, un metomentodo.
Sobre el uso indistinto que se hace de las palabras anagrama y emblema, sólo me queda advertir que, aunque ambas son símbolos, el primero se compone de letras y el segundo, esencialmente de figuras.
También es un anagrama la trasposición de letras de una palabra o frase, de la que resulta otra palabra o frase distinta. Archiconocido es el anagrama de ROMA y AMOR.

Luque Maricarmen

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