miércoles, 25 de marzo de 2009

Aguerridos soldados y altivos caballeros

No hace mucho, unos extranjeros me formularon una curiosa pregunta: Rocinante, la cabalgadura de Don Quijote, el héroe de la novela de Miguel de Cervantes, ¿es macho o hembra?
Pues, por si esa misma duda se le ha planteado a alguno de mis lectores, ahí va la respuesta.
Rocinante era un rocín “matalón”, es decir, endeble y lleno de mataduras. Y si es un rocín, está claro que es macho, porque el rocín, en español, es un caballo de mala traza, basto y de poca alzada.
Queda claro, entonces, el sexo de Rocinante, el caballo del manchego universal, Alonso de Quijano, conocido mundialmente como Don Quijote de la Mancha.
Como claro está el género de Tizona, la célebre espada del Cid que tan diestramente esgrimió a lomos de su caballo Babieca, y con la que tantas tierras reconquistó a los moros para España.
El soldado, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, es el personaje central del Poema de Mío Cid, la primera obra completa escrita en castellano, allá por el siglo XII.
Y si de espadas famosas se trata, también lo es Escalibur o Escalibor.
Perteneció al legendario rey Artús o Arturo, príncipe de los antiguos bretones, cuya corte de caballeros fue conocida como Los Caballeros de la Tabla Redonda, en alusión a la mesa a cuyo alrededor se sentaban a deliberar sobre los asuntos del reino.
Pues cuenta la leyenda que al morir su padre y reclamar el hijo su derecho al trono, sólo se lo concedieron cuando fue capaz de arrancar la famosa espada de una enorme piedra en la que estaba clavada, hazaña que nadie antes había logrado realizar.
Y fue la espada Escalibur la fiel compañera del rey Artús o Arturo en todas las batallas que tuvo que librar hasta su muerte.
Ficción o realidad, ¡quién sabe! Un poco de todo, pero, en cualquier caso, hermosas historias de aguerridos soldados y altivos caballeros.

Luque Maricarmen

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