miércoles, 13 de mayo de 2009

Hoy, aclaraciones

Hoy, aclaraciones.
Existen dudas sobre el significado del término parco. El que habla poco es parco en palabras. Es parco el moderado en la comida y en la bebida. El que modera sus alabanzas es parco en la adulación, y el que gasta poco dinero es parco en su economía. Porque parco es un adjetivo que significa “escaso, moderado o sobrio en el uso o en la concesión de las cosas”.
Y la parquedad, que no tiene por qué ser mezquindad, tacañería o ruindad, sino más bien, moderación y prudencia, está más cerca de una virtud que de un defecto.
¿A quién se aplica el adjetivo frívolo?, me preguntan. Se califica de frívola a la persona ligera, insustancial, poco profunda y veleidosa. Un espectáculo ligero y sensual es frívolo, como lo es el libro que trata de temas intrascendentes con predominio de lo sensual.
El adjetivo pretencioso o pretensioso se incorporó al español en el siglo XIX procedente del francés preténtieux, por lo que resulta lógica la adaptación con “c”, en lugar de “s”. Sin embargo, conviene aclarar que ambas formas son correctas y así las recoge el Diccionario. Se aplica al “presuntuoso o que pretende ser más de lo que es” y “al que tiene excesivas pretensiones”.
¿Cuál es el sentido de la palabra catarsis?
La catarsis, palabra de origen griego, antiguamente era la purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza. Hoy es el sentimiento de purificación liberación o transformación interior que experimenta alguien ante una experiencia vital profunda.
El estado catártico o catarsis se consigue cuando el individuo, purificado y libre de perturbaciones, llega al equilibrio. Y esta vivencia, difícilmente alcanzable, puede conseguirse ante alguna manifestación artística admirable. Por ejemplo, ante la ejecución magistral e inspirada de una obra musical.
Si alguna vez lo consiguieron, ¡felicidades!

Luque Maricarmen

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