sábado, 2 de mayo de 2009

Artículo para leerse en voz alta

La de hoy, amigos, es para leerla en voz alta. Vean por qué.
El arte de pronunciar correctamente un idioma es eso, un arte. La ortología es un arte que pocos dominan, pero si conocemos las normas que la regulan, todos podremos articular mejor.
En la pronunciación de la x (equis) cuyo sonido es ks, se dan dos tendencias contrarias: la de exagerar el sonido ks cayendo en la ultracorrección, o la de ignorarlo, reduciéndolo a una s, lo cual es una pronunciación vulgar.
Las normas dicen que la equis entre vocales o al final de palabra debe sonar claramente ks, como ocurre con las palabras examen, taxi, dúplex, relax.
En cambio, cuando la equis va en posición inicial de palabra o delante de otra consonante, la pronunciación normal es casi s. Tal sucede con xenofobia, xilófono, exponer, extra, etcétera, más cerca de la s que de la ks. Exagerar el sonido resulta afectado.
Dos letras distintas para un solo sonido son la b (be) y la v (uve). Ambos grafemas, que antaño nos hacían pronunciar de forma diferente, tienen el mismo sonido, bilabial sonoro (con los dos labios). Por lo que en burro, tabaco y balón, la b suena igual que la v en venta, viejo y valiente.
Pronunciar la v con sonido labiodental (labio y dientes) es una falta que, por cierto, se comete frecuentemente entre locutores y hasta profesores.
El dígrafo ll (elle) tiene un sonido consonántico muy propio, palatal lateral (a un lado del paladar) que sólo es respetado en algunas zonas determinadas, y entre hablantes de pronunciación esmerada. La pronunciación normal y más extendida es la del sonido palatal central (en el centro del paladar) muy cerca del de la y (i griega) que se llama yeísmo. Esta simplificación en la pronunciación de ambas letras (ll, y) que neutraliza la oposición entre el sonido de una y otra, está muy extendida en el área de habla hispana, a ambos lados del Atlántico. Tanto, que hoy el yeísmo se considera correcto.

Luque Maricarmen

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