domingo, 12 de julio de 2009

Machismo y feminismo en la lengua

Por todos los ámbitos de la sociedad se paseó, y sigue paseándose, la cuestión del machismo y el feminismo, con protestas, cambios y reajustes para todos los gustos. Y la corriente llegó a la Academia de la Lengua.
Fue en el año 1999 cuando el Instituto de la Mujer, en España, levantó su voz presentado un estudio en defensa de la mujer y su entorno, en lo que al idioma se refiere.
Y el estudio, elaborado por expertas en lingüística y docencia, mostró cómo, en efecto, el Diccionario de la Real Academia Española en sus definiciones tomaba como base, en muchos casos, una perspectiva masculina, considerando al hombre como elemento central. Ciertamente, la sociedad va cambiando y la mujer hoy está presente en todos los estamentos sociales desempeñando las más variadas funciones, por lo que la Academia hubo de ajustar el género gramatical en profesiones, cargos, títulos y otras actividades de las que la mujer ya forma parte.
En líneas generales, la formación del femenino sigue las normas siguientes:

- En las palabras cuyo masculino termina en –o cambian esa o en –a: ingeniero/ingeniera, médico/médica, ministro/ministra, aunque hay excepciones como el/la piloto, el/la modelo.
- Los que acaban en –a son comunes: el/la terapeuta, el/la logopeda, el/la pedíatra. En algunos casos toma la terminación culta –isa: profeta/profetisa, poeta/poetisa, aunque también es válido poeta para mujer.
- Los que terminan en –e tienden a funcionar como comunes: el/la cicerone, el/la conserje, el/la orfebre. Algunos forman el femenino con las terminaciones –es, -isa o –ina: conde/condesa, sacerdote/sacerdotisa, héroe/heroína.
- Son también comunes los terminados en –ante o –ente: el/la agente, el/la dibujante, el/la estudiante.
- Funcionan también como comunes los pocos que terminan en –i o en –u: el/la maniquí, el/la gurú.
- Los que acaban en –or forman el femenino añadiendo –a: gobernador/gobernadora, aunque en algunos casos presentan la forma culta en –triz: emperador/emperatriz, actor/actriz.
- Los que acaban en consonante suelen ser comunes: el/la cónsul, el/la capataz, el/la juez, aunque a veces toman una –a: juez/jueza, aprendiz/aprendiza.
Independientemente de su terminación, funcionan como comunes los que designan grados en la escala militar: el/la teniente, el/la capitana, el/la teniente.
Como ven, la Academia adaptándose a las necesidades de la comunidad hablante.


Luque Maricarmen

No hay comentarios: