jueves, 2 de julio de 2009

Es un error de la lengua: No hay prácticas monopólicas

No hace mucho, en un programa de radio, oía hablar sobre las prácticas monopólicas. Y como el “palabro” surgió repetidas veces, tengo que aclarar que lo de monopólicas es un lapsus linguae, es decir, un error de la lengua. El adjetivo correspondiente al sustantivo monopolio es monopolístico, no monopólico. Y las prácticas que conducen a ello son prácticas monopolísticas. Y la persona o entidad que ejerce el monopolio es monopolista. Políticas monopolísticas, Estado monopolista.
De la misma raíz e idéntico significado es el verbo monopolizar, atribuirse el aprovechamiento exclusivo de algo; del cual se derivan monopolización, que es la acción de monopolizar, y monopolizador, el adjetivo aplicable a quien lo hace. Monopolización del petróleo o monopolizadores del poder.
Como ven, variaciones múltiples sobre la misma raíz y del mismo campo semántico. Entre los homónimos atajo y hatajo, hay que puntualizar que atajo es el camino más corto que el principal para llegar a un sitio. Este otro hatajo puede referirse a un “pequeño grupo de ganado”: “Le regalaron medio hatajo de borregos para el rancho” o, en sentido despectivo, a un “grupo de personas o cosas”: “Son un hatajo de egoístas y poltrones”. Para este último sentido, es admisible la variante atajo, aunque poco usual.
Alerta es una palabra en la que conviene detenerse. Procede de la interjección italiana all’erta, con la que se instaba a los soldados a ponerse en guardia ante un ataque. Como voz de aviso y alarma se usa también en español: “¡Alerta! El enemigo acecha”.
Como sustantivo, con los significados de aviso o llamada de atención para prevenirse de un posible daño, o situación de vigilancia; alerta puede usarse en los dos géneros, aunque predomina el uso en femenino: “Muchas voces se han levantado dando la alerta para evitar el despilfarro de energía”. Alerta también se usa como adjetivo, sin variación para masculino y femenino: “El hombre permanecía escondido, con la respiración contenida y los ojos alerta”. Y como complemento verbal, con verbos como estar, vivir, mantener, continuar, permanecer; también es invariable: “Todos se mantenían alerta ante el peligro inminente”.
Sin embargo, es válido utilizar el adjetivo alerta con variación de número: “Todos debemos estar alertas frente a las disputas de poder”.

Luque Maricarmen

No hay comentarios: