miércoles, 1 de julio de 2009

El verbo oír, en peligro de extinción

Estamos a punto de quedarnos sordos casi cuatrocientos millones de personas.
Sí, sí; no pongan cara de susto. Porque es una realidad que los hispanohablantes no oímos, sólo escuchamos. El verbo oír está en peligro de extinción. Y a fuerza de no usarlo, desaparecerá. Y eso es grave. Grave, lingüísticamente hablando.
Porque, vamos a ver, ¿acaso no hemos sabido durante siglos que el verbo oír significa “percibir con el oído los sonidos”? El oído es uno de los sentidos corporales, entonces, ¿por qué escuchamos, pero no oímos? ¿Cuál es la razón por la que hoy nadie oye un disparo, ni un grito de auxilio, ni una explosión, ni un portazo, ni oye el golpe de algo que se cae, ni un ladrido que avisa, ni el ruido del tráfico, ni oye un trueno que retumba, ni la voz que le llama. Todo eso se escucha, pero no se oye.
¿Se lo imaginan? ¿Pueden figurarse a alguien con el oído preparado, la respiración contenida, el ánimo en suspenso para poder captar alguno de esos ruidos que pueden sonar a su alrededor? Porque eso es escuchar.
Escuchar es “prestar atención a lo que se oye, aplicar el oído para oír algo o a alguien, atender”.
¿No ha OÍDO alguna vez decir, me atrevería a suponer que incluso lo ha dicho, “no le escucho, ¿podría levantar la voz?” Amigo, será que no le oye, porque si no le escucha, ¿para qué quiere que levante la voz?
Vamos a precisar.
La acción de escuchar es voluntaria e implica intencionalidad por parte del sujeto, a diferencia de oír, que significa, sin más, “percibir por el oído un sonido o lo que alguien dice”.
Un disparo o un grito de auxilio se oye, no se escucha, porque sorprende y hasta asusta, ya que uno no se lo espera. Si en el silencio de la noche suena una explosión o ladra desaforadamente el perro que guarda la casa, lo oímos, no lo escuchamos porque no lo esperábamos, no estábamos escuchando, esto es, prestando atención.
Oír tiene un significado más general que escuchar, por lo que casi siempre puede usarse en lugar de este; sin embargo, no es justificable el uso de escuchar por oír.
Y si en inglés existen to listen/ to hear; en francés, ecouter/entendre; en alemán, zuhören/ hören, ¿cuál es la razón para que en español no distingamos los verbos oír escuchar, y condenemos unos de ellos?

Luque Maricarmen

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