jueves, 2 de julio de 2009

Historia de la zeta

Vuelvo hoy al tema de la historia de las letras; y lo hago, como siempre, de la mano de los lingüistas Salvador y Lodares.
Hoy nos ocupa la letra zeta o zeda, una letra que, en los lugares donde se pronuncia, representa un sonido parecido al vuelo zumbón de los insectos, y cuya figura describe la trayectoria cambiante de ese vuelo.
El significado de algunas palabras reclama la presencia de la zeta; por ejemplo, zigzag, “la línea que en su desarrollo forma ángulos alternativos entrantes y salientes”. Expresa movimiento de vaivén no sólo en español, sino en inglés, italiano, francés y ruso. En alemán es zickzack, y ziguezague, en portugués.
Otras palabras nuestras, zalear, “arrastrar o menear con facilidad algo a un lado y a otro” y la moderna, zapear, “cambiar reiteradamente de canal de televisión”, muestran en su significado la influencia de la zeta.
La zeta pasó al latín a través de los griegos, pero en el s. II a.C., el romano Apio Claudio, más conocido como constructor de la famosa Vía Apia que como censor de la lengua, decidió borrarla del alfabeto latino, por lo que desapareció durante un tiempo.
Después volvió a incorporarse, pero su uso se limitó a la transcripción de palabras griegas.,/P>
Entre los siglos XVI y XVIII surgió la polémica de si debía suprimirse esa letra sustituyéndola por la existente ç. La cuestión desencadenó distintas corrientes a favor y en contra, pero en 1726, la Real Academia, en una de sus primeras iniciativas ortográficas, decidió que la –z permaneciese para representar el sonido, que hoy tiene.
Conviene señalar que las palabras que ingresan en español con la sílaba inicial –ze o –zi, pueden alternar la –z y la –c, como zinc o cinc, zirconita o circonita, zíngaro o cíngaro, zénit o cenit, etc.
En resumen, la Z, que se incorporó al alfabeto latino con la misión exclusiva de representar un sonido griego, que estuvo proscrita durante años y que ocupa el último lugar de nuestro abecedario, con un aire exótico y poco familiar, quedó instalada en el español y en todas las lenguas románicas.
Amigos lectores de Siempre: “El honor de la palabra” tiene hoy el inmenso honor de cumplir cuatrocientas semanas, encontrándose, casi sin interrupción, con sus fieles lectores. Desde esta página, a todos los que me han seguido a lo largo de años, agradezco su fidelidad incondicional y su constante apoyo, y a cada uno le envío un saludo cariñoso con el deseo de que nos sigamos encontrando en las próximas cuatrocientas semanas, pero, eso sí, en óptimas condiciones de salud y felicidad.


Luque Maricarmen

No hay comentarios: