sábado, 26 de septiembre de 2009

Palabras cultas que conviene conocer

Hace tiempo, cuando un hijo presentaba en la escuela problemas de aprovechamiento, de integración o de aprendizaje los papás nos sentíamos desorientados, hacíamos cábalas, indagábamos y buscábaos motivos y razones que los justificaran. Hoy todo está diagnosticado y es conocido con nombres y apellidos. Multitud de vocablos que nombran patologías, hasta hace poco empleados sólo por especialistas, hoy son manejados y conocidos por todos. Vean. Si n niño tiene dificultades para aprender a leer, a escribir o para el cálculo, y además presenta trastornos de coordinación motora, pero no de inteligencia, es disléxico, porque padece dislexia.
Si tiene dificultad en la articulación de las palabras, disláico, ya que padece dislalia. Disnea, si presenta dificultad para respirar, y padece disosmia si difícilmente percibe los olores.
Distermia es la temperatura habitualmente anormal del organismo, la debilidad de la memoria se llama dismnesia, y padece disepsia el que habitualmente hace la digestión con dificultad.
Todos estos vocablos que llegaron al español a través del latín, proceden del griego y están formados con el prefijo –dis que significa dificultad o anomalía. Nada tiene que ver con los anterioes dispsomanía, nombre técnico del alcoholismo, y dipsómano, la persona que abusa de las bebidas alcohólicas; proceden de la palabra griega –dipsa, sed.
Les recuerdo que el adjetivo insano no es sólo lo perjudicial para la salud, también se aplica al loc o demente, pues la palabra insania, recibida directamente del latín, significa locura o demencia.
Y en otro orden de cosas, la diferencia entre docente y discente, es que el primero es el que enseña (profesor) y el segundo, el que recibe la enseñanza (aumno). Docente procede del verbo latino -doceo, enseñar; discente, del –disco, aprender.
Son palabras cultas que conviene conocer.

Luque Maricarmen

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