lunes, 10 de agosto de 2009

Los clínex y el signo @

Ya escribí hace tiempo, en este mismo espacio, sobre el signo @ y la palabra arroba. Que durante la Edad Media fue utilizado por los copistas como abreviatura de la preposición latina –ad cuyo significado es a, hacia o en. Que empezó a escribirse como el número 6, pero fue evolucionando hasta convertirse en @.
Que la palabra arroba tiene su origen en el vocablo árabe –ar-roba que significa 4ª parte, y que hoy es una medida de peso y capacidad que se utiliza en algunas zonas de América y España con distintos valores.
Que la primera representación escrita de este símbolo como unidad de medida fue en 1536 y figuraba en una carta escrita por un mercader italiano donde avisaba de un envío desde Sevilla a Roma. En ella se lee: “una @ de vino vale 7 u 8 ducados”.
Este símbolo ha sido resucitado por la actualidad informática para indicar la preposición española –en o la inglesa –at.
La primera dirección electrónica de la historia, tal como hoy las conocemos, fue la de Ray Tomlinson, en 1971, desde su computadora digital PDP-10: tomlinson@bbn-tenexa.
El símbolo que en español se llama arroba, es llamado en alemán y holandés, cola de mono; en búlgaro, monito; en checo, arenque; caracol acuático, en coreano; ratoncito, en chino; en finés (finlandés), cola de gato; en griego, patito; en italiano, caracol; perrito en ruso; mono, en polaco y rosa, en turco.
Son curiosidades que aparecen en uno de esos libros que vale la pena ojear u hojear, es decir, “leer superficialmente” o “pasar las hojas de un libro leyendo algunos pasajes”, como el de Pancracio Celdrán titulado: Hablar bien no cuesta tanto. Son libros que entretienen e instruyen.
El mismo autor nos cuenta cómo la palabra clínex ha pasado a nuestro idioma como adaptación gráfica del kleenex inglés, con el sentido de “pañuelo de papel desechable”. Los clínex (kleenex) aparecieron en la Gran Guerra de 1914, como sucedáneo del algodón (algodón de celulosa) y funcionaron como compresas, vendajes, etcétera. Su fabricación alcanzó tal auge que al acabar la contienda empezaron e emplearse en cosmética para eliminar el colorete, pintalabios, maquillaje. Pero el paso a su utilización como pañuelos desechables se debe a Andrew Olsen, de Chicago, que en 1921 ideó la caja dispensadora de clínex, cuyo nombre, acuñado por la Kimberley-Clark Company en 1924, se basa en el verbo inglés to clean.
El clínex o los clínex (invariable para singular y plural) amigos, para limpiarnos la nariz.

Luque Maricarmen

No hay comentarios: